Las redes de deriva de Marruecos siguen amenazando el Mediterráneo

Pescadores de Carboneras y de Motril denuncian la práctica ilegal de redes a la deriva

Durante la 14º Reunión de ICCAT en 2004, Marruecos presentó un plan para la eliminación de las redes de deriva en un periodo de cuatro años apoyados por la Unión Europea con 1,5 millones de euros. Teóricamente, dicho plan debería concluir con la prohibición del uso de redes de deriva el 1 de enero de 2009. Sin embargo, esta eliminación progresiva no se desarrolló con éxito y Marruecos se benefició de una prórroga hasta 2011 para reconvertir su flota de redes de deriva. En 2010, de acuerdo con la normativa internacional, Marruecos elaboró una ley por la que se regula el uso de la red de enmalle a la deriva, prohibiéndola definitivamente.

Sin embargo, la OPP 66 CARBOPESCA y la OPP 85 de Motril, siguen encontrado evidencias de que este arte de pesca se sigue utilizando por numerosas embarcaciones. La última evidencia es del mes de octubre con la aparición de 5 barcos a la deriva con origen marroquí.

La costa española y la marroquí se encuentran a muy poca distancia, de modo que los rederos de deriva marroquís a menudo faenan en las inmediaciones o en aguas territoriales españolas, penetrando dentro del Dispositivo de Separación del Tráfico Marítimo del Estrecho de Gibraltar, siendo detectados por los sistemas de vigilancia españoles y, en ocasiones, sancionados. No obstante, a pesar del gran número de incidencias detectadas, en 2005 sólo se abrieron 9 expedientes sancionadores contra buques rederos de deriva marroquíes por pescar de forma ilegal en aguas españolas.

Además, se produce una incongruencia cuando hablamos de redes de deriva en Marruecos, ya que, pese a que el pez espada capturado por la flota marroquí procede en su mayor parte de la captura con redes de deriva, las vías de distribución pasan por el mercado comunitario, y España es el principal país importador. Es decir, actualmente España y otros países de la Unión Europea continúan importando pescado capturado de forma ilegal, lo cual perjudica enormemente al pescado local y legal, hundiendo su precio.